Zoé Saldaña es una de las actrices más versátilesque existe en la actualidad. Además de adueñarse de forma magistral de los roles que asume, tiene las habilidades de cantar y bailar.
En “Emilia Pérez”, cinta por la que ganó el Óscar, el Globo de Oro, el Bafta, el SAG Award, el Critics Choice y el otorgado por el Festival de Cine de Cannes, hizo gala de estas cualidades.
Allí, la actriz de origen dominicano interpretó a la abogada “Rita”, donde pudo cantar, actuar (por supuesto) y bailar.
Sin embargo, esa no ha sido la primera vez que combina sus habilidades en la danza con la actuación. De hecho, en “Camino a la fama”, uno de sus primeros roles en el cine, la actriz mostró lo complicado de ser bailarina y los sacrificios que conlleva la profesión.
Una situación que ella conoce de primera mano, pues cuenta con una sólida formación en esta área.
Su etapa residiendo en la isla durante su infancia y adolescencia, que ella describe como una de las más complicadas de su vida debido al contexto en que la vivió, después de la muerte de su padre, la ayudó a afianzar su amor por la danza.
Como ha confesado en más de una ocasión, esta experiencia la ayudó a encontrar su verdadera pasión y superar adversidades, como ser víctima de acoso por no hablar de forma correcta el español.
Y una de las personas que le ayudó a fortalecer su identidad como artista fue Dilia Mieses, su maestra de ballet, de quien aprendió tanto como bailarina que como persona.
Ella fue contactada por Diario Libre y recordó lo disciplinada que siempre fue Zoé Saldaña y cómo destacaba desde niña.
“Recuerdo la llegada de Zoé y su hermana menor Cisely a la audición que habíamos convocado en Ritmos Espacio de Danza y mediante la cual se les otorgó una beca a ambas niñas”, rememoró sobre la primera vez que la vio.
“En esa etapa, recuerdo a Zoé con la misma energía a su alrededor que hoy día, su misma sonrisa armonizada con la luz que irradiaba de sus ojitos que me decían que estaba frente a una niña muy enfocada, deseosa de aprender como una esponja”.
Ella sabía que esa actitud la llevaría a lograr grandes cosas.
“Al ser tan enfocada, asimilaba rápidamente las instrucciones. Tenía la actitud, además de la aptitud, para desarrollarse como artista. Sobre todo, era muy humilde, receptiva y respetuosa de sus maestros y de sus compañeros al trabajar en equipo. Siempre estaba dispuesta. Era sumamente disciplinada”, agrega.
Zoé ha asegurado, en entrevistas, que Dilia le enseñó la filosofía de “menos es más” y esta influyó en la manera en que ha desarrollado su presencia en pantalla como actriz, algo que siempre ha formado parte de la enseñanza que Dilia promueve.
“Afianzar el dominio de los fundamentos es, en mi enseñanza, lo que ella interpreta como ´menos´, y una vez que se tiene el dominio de los fundamentos, más adelante, en su formación profesional de 8 años o más, el bailaríncrece, se supera, aumenta su vocabulario de expresión sin violar los principios básicos. Es aquello de que ´No se puede construir un edificio de arriba para abajo´. Los fundamentos, la zapata, son lo más importante”, dijo.
“Por otro lado, en Ritmos Espacio de Danza enseñábamos la Metodología del Royal Academy of Dance (RAD) de Londres, institución de la cual yo tengo una certificación, y dentro de sus preceptos: la calidad antecede a la cantidad, todo comienza con la postura, lo número 1, así como con saber colocar el peso sobre una pierna, siendo el ejemplo más simple el caminar llevando esa postura correcta con gracia de un lado a otro”.
“Cómo nos presentemos en el escenario es sumamente importante, más que hacer acrobacias o un circo. La danzaes un instrumento de vida que nos enseña a vivirla con gracia; por algo el hombre danza desde sus orígenes, añadió, agregando que sigue en comunicación con la que fue su alumna”.
“La filosofía del RAD era parte integral de mi enseñanza: la postura es uno de los pilares en dicha metodología y yo soy una maestra muy orientada a afianzar una buena base para construir lo que viene. Aún si ella no baila en sus películas, ella brilla por su presencia”.
“Por otro lado, el respaldo de su familia fue algo vital: su abuela, padres, hermanas siempre la apoyaban; ella nunca faltaba a clases y siempre estaba presente en todo el sentido de la palabra”.